3 CLAVES PARA TENER ÉXITO EN LOS NEGOCIOS

14.10.2019

1.- ADQUIRIR HABILIDADES INTELECTUALES: "SABER DE ALGO".

No es lo mismo "saber algo" que "saber de algo". Quien "sabe de algo", habitualmente, es un experto.

Acaban por "saber de algo" los que no renuncian al esfuerzo continuo de aprender. Decía Séneca que "muchos habrían sido sabios si no hubieran creído demasiado pronto que ya lo eran".

"Saber de algo" es estar especializado. La especialización reclama una constancia que no admite tregua.

"Saber de algo" es tener amplios y profundos conocimientos adquiridos mediante el estudio, la experiencia, la reflexión y los años. Ya lo dejó mejor escrito Cervantes en El Quijote: "el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho".

"Saber de algo" faculta al auténtico profesional para actuar con sensatez, prudencia y, habitualmente, acierto.

2.- ADQUIRIR HABILIDADES SOCIALES: TENER "PRESTIGIO".

El prestigio es la consideración profesional positiva que marca una diferenciación entre quienes "saben de algo" y los que sólo "saben algo". Esa reputación, el buen crédito del auténtico profesional, no nace de la noche a la mañana, se construye a lo largo del tiempo.

La era de la digitalización permite publicitarse con facilidad de muchas formas y maneras. Quien más dinero invierte en promoción, más conocido es; pero "ser conocido" no equivale a "tener prestigio".

La sabiduría ("saber de algo"), junto con el prestigio adquirido con los años, son dos activos que aportan con facilidad un "posicionamiento profesional natural" en el mercado laboral, sin necesidad de acudir a sofisticadas técnicas de marketing.

3.- ADQUIRIR HABILIDADES EMOCIONALES: "CAPACIDAD RELACIONAL".

Es frecuente que profesionales que "saben de algo" y tienen "prestigio" busquen unir sinergias para prestar más y mejores servicios, organizando alianzas profesionales ajustadas a proyectos bien definidos.

Cuando a la sabiduría ("saber de algo"), y al prestigio, se une la capacidad relacional para trabajar en equipo junto a las cualidades necesarias para formalizar alianzas, se amplían enormemente las posibilidades de desarrollo y éxito profesional.

Establecer alianzas es trabajar en equipo. Integrarse en un equipo de trabajo requiere talentos y cualidades que no las aportan ni la sabiduría ni el prestigio.

La globalización, también del conocimiento, permite llegar a cualquier rincón del planeta; en ocasiones incluso sin salir de casa. Una sabia inversión profesional para optimizar las propias capacidades es ampliar el círculo de relaciones a otros profesionales que también "saben de algo". En equipo se avanza más rápido y seguro.

El talento para crear relaciones con los demás (habilidades emocionales) aumenta exponencialmente las posibilidades de hacer rendir profesionalmente la sabiduría (habilidades técnicas); se multiplica así el prestigio (habilidades sociales), generando un círculo virtuoso al que algunos llaman "éxito".